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La Periostitis tibial es una lesión muy frecuente en muchos deportistas y los futbolistas no se libran de ella. El también llamado síndrome de estrés medial de tibia consiste en una inflamación del periostio de la tibia, que puede presentarse de forma aguda o crónica.
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Los motivos por los que puede aparecer Periostitis tibial pueden estar tanto relacionados con la actividad realizada por el deportista, como por sus propias condiciones físicas.
Determinados ejercicios y entrenamientos, así como la propia actividad deportiva que desarrolle, pueden provocar efectos que incentiven o agraven esta lesión, como los siguientes:
- Vibraciones sobre la pierna, por ejemplo las que se producen durante una carrera o entrenamiento de running.
- Excesiva carga cuando el entrenamiento es demasiado exigente o el tiempo dedicado sea más del recomendable.
- Sobrecarga muscular en la zona.
- Descompensación muscular.
Los efectos de esta actividad sobre la Periostitis tibial se pueden ver agravados, por condiciones físicas del deportista, como por ejemplo un peso elevado o lesiones previas.
Síntomas de la Periostitis tibial
A diferencia de otras dolencias que no avisan de su aparición, sufrir Periostitis tibial es bastante notorio para los deportistas, debido al dolor o a la incomodidad que provoca, tanto cuando se hace ejercicio, como incluso en la actividad diaria normal.
El síntoma de esta lesión más claro es una sensación de calor constante, casi como un quemazón, que se sufre en la cara medial de la tibia. Cuando se realiza ejercicio físico, esta sensación se agrava hasta que se hace insoportable.
No prestar atención a estos síntomas, puede hacer hipersensible la zona, de manera que un solo roce, por suave que sea, puede provocar dolor.
A nivel físico, es posible notar a veces bultos por todo el periostio, resultado de la inflamación que sufre la zona.
Diagnóstico de la Periostitis tibial
Si notas estos síntomas, es posible que sufras Periostitis tibial, pero el diagnóstico como en cualquier otra lesión, debe hacerlo siempre un profesional especializado.
En este caso el examen físico puede no confirmar del todo la existencia de este problema, por lo que es frecuente solicitar una radiografía y otras pruebas de diagnóstico de imagen, con las que comprobar los motivos del dolor. Por ejemplo, una fractura también puede provocar estos síntomas en la misma zona.
Tratamientos de la Periostitis tibial
En el caso de que se confirme la Periostitis tibial, obviamente hay tratamiento. A diferencia de otras lesiones, con esta el ejercicio físico no se debe dejar de realizar, pero sí debemos evitar cualquier actividad que provoque molestias o que pueda agravar la inflamación.
A veces se sustituye el entrenamiento normal con sesiones suaves de natación o ir en bicicleta.
Si se sufre mucho dolor, se puede también aplicar frío sobre la zona, varias veces durante días seguidos, aproximadamente 20 minutos cada vez.
Para una recuperación más rápida, también se pueden aplicar distintas terapias, como electroterapia, un masaje descontracturante o un vendaje, con el que además se puede continuar la actividad física.
El entrenador puede adaptar tus sesiones físicas a la recuperación de la lesión. Entrenar sobre terrenos blandos que generen menos impacto ayudan a que la Periostitis tibial desaparezca más rápidamente.
De igual forma, profesionales con experiencia pueden también examinar las condiciones físicas del deportista, ya que en ocasiones al analizar la pisada se identifica que el problema está en el propio paciente. Para prevenir futuras dolencias, se puede recomendar el uso de plantillas especiales, que evitarán el desarrollo de esta lesión.
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